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Los siguientes consejos pueden ayudarle a preparar el terreno para una comunicación eficaz con su hijo. Sin embargo, antes de iniciar la conversación, asegúrese de dedicar algún tiempo a conocer la realidad sobre el alcohol, la marihuana y otras drogas y los riesgos que entrañan para los jóvenes.

Consejos para una comunicación eficaz con su hijo

Tenga paciencia y esté dispuesto a escuchar.

Prepárese para escuchar más que para hablar: debe parecer una conversación, no un sermón. Intente mantener la mente abierta y demuestre su preocupación e interés genuinos. Haz preguntas abiertas para obtener una respuesta detallada en lugar de un simple "sí" o "no". Está bien que la conversación se desarrolle a lo largo del tiempo y por partes. Muchas pequeñas charlas son más eficaces que una "gran charla".

Inicie la conversación con naturalidad.

Es probable que su hijo se muestre más receptivo a un enfoque relajado que a cualquier cosa que parezca una "reunión formal". En lugar de decir "tenemos que hablar", puede empezar preguntándole qué hay de nuevo entre sus amigos.

Haz que tu hijo sepa que se le escucha.

Escucha activamente y refleja lo que oyes. Por ejemplo, puedes decir: "Parece que te has sentido ansioso y crees que beber te ayuda a relajarte y a encajar con tus amigos. ¿Es eso cierto?"

Hable abiertamente de su historia familiar.

Si en su familia hay antecedentes de adicción, su hijo tiene un mayor riesgo de desarrollar un problema. Hable de este riesgo con su hijo como lo haría con cualquier otra enfermedad. Sea positivo.

Sé positivo.

Muéstrate atento, curioso, respetuoso y comprensivo. Si aborda la situación con vergüenza, ira o tácticas de miedo, es posible que su conversación no sea muy productiva. Por ejemplo, haga saber a su hijo que usted está de su parte y disponible para ayudarle a dar sentido a toda la información contradictoria que está recibiendo sobre las drogas y el alcohol.

Establezca expectativas claras.

Asegúrate de que tu hijo conoce tus normas y las consecuencias de incumplirlas. Y, lo que es más importante, asegúrese de que sabe que realmente impondrá esas consecuencias si las incumple. Los niños que no son supervisados regularmente por sus padres tienen cuatro veces más probabilidades de consumir alcohol y drogas.

Si su hijo está interesado en beber o consumir drogas, pregúntele "¿Por qué?".

... y pregúntales qué podría pasar si lo hacen. Esto hace que su hijo piense en su futuro y en algunas de las posibles consecuencias negativas de beber o consumir drogas. Por ejemplo, puede llegar tarde al entrenamiento, hacer alguna tontería delante de sus amigos o no desarrollar las habilidades necesarias en entornos sociales. Si sospecha que su hijo ha estado bebiendo, comuníquele sus preocupaciones sin parecer acusador. Por ejemplo: "Me he dado cuenta de que tus notas están bajando y de que te juntas con gente nueva". Céntrese en el comportamiento preocupante y en por qué le preocupa.

enseñe a su hijo a decir "no".

Los niños que no saben qué decir cuando alguien les ofrece tabaco u otras drogas son más propensos a ceder a la presión del grupo. Ayúdales a estar preparados representando diferentes situaciones con las que podrían encontrarse. Hazles saber que siempre pueden utilizarte como excusa. Por ejemplo: "No, mis padres me apuntaron al programa de control de drogas del colegio".

Ofrezca empatía, compasión y apoyo.

Dígale a su hijo que lo entiende: crecer puede ser duro. Reconozca que todo el mundo tiene dificultades a veces, pero que el alcohol y las drogas no son una forma útil ni sana de afrontar los problemas. Hágale saber que puede acudir a usted en busca de apoyo y orientación. Muéstrele formas sanas de afrontar el estrés, como hacer ejercicio, comer bien y dormir lo suficiente.

Dales los hechos.

No deje en manos de la escuela la educación de su hijo sobre el consumo de sustancias. Conozca los hechos usted mismo para poder compartirlos con su hijo. Hágales saber lo importante que es proteger su cerebro durante estos años de crecimiento y desarrollo. Ayude a su hijo a comprender el impacto negativo del consumo de drogas en su mente y su cuerpo, por no hablar de sus opciones universitarias y profesionales. Hábleles de la naturaleza impredecible de la dependencia y de cómo varía de una persona a otra. Y ofrézcales enfoques más positivos para reducir el estrés y la ansiedad.