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Los siguientes consejos pueden ayudar a sentar las bases para una comunicación eficaz con su hijo. Sin embargo, antes de iniciar la conversación, asegúrese de dedicar algún tiempo a conocer los hechos sobre el alcohol, la marihuana y otras drogas y los riesgos que suponen para los jóvenes.

Junto con consejos para una comunicación eficaz, a continuación encontrará cuatro ejemplos en vídeo de cómo iniciar estas conversaciones. Si desea más recursos y apoyo, consulte la Guía de recursos para la familia.

Consejos para una comunicación eficaz con su hijo

Sea paciente y esté dispuesto a escuchar.

Prepárese para escuchar más que para hablar: debe parecer una conversación, no un sermón. Intente mantener la mente abierta y demuestre su preocupación e interés genuinos. Haga preguntas abiertas para obtener una respuesta detallada en lugar de un simple "sí" o "no". Está bien que su conversación se desarrolle a lo largo del tiempo y a trozos. Muchas pequeñas charlas son más eficaces que una "gran charla".

Inicie la conversación con naturalidad.

Es probable que su hijo se muestre más receptivo a un enfoque relajado que a cualquier cosa que parezca una "reunión formal". En lugar de decir "tenemos que hablar", podría empezar preguntando a su hijo qué hay de nuevo con sus amigos.

Haga saber a su hijo que se le escucha.

Utilice la escucha activa y refleje lo que está escuchando. Por ejemplo, podría decir: "Parece que te has sentido ansioso y crees que beber te ayuda a relajarte y a encajar con tus amigos. ¿Es eso cierto?"

Hable abiertamente de su historia familiar.

Si existen antecedentes de adicción en su familia, su hijo tiene un mayor riesgo de desarrollar un problema. Hable de este riesgo con su hijo como lo haría con cualquier otra enfermedad. Sea positivo.

Sea positivo.

Sea atento, curioso, respetuoso y comprensivo. Si aborda la situación con vergüenza, ira o tácticas de miedo, su conversación puede no ser muy productiva. Por ejemplo, haga saber a su hijo que usted está de su parte y disponible para ayudarle a dar sentido a toda la información contradictoria que está recibiendo sobre las drogas y el alcohol.

Establezca expectativas claras.

Asegúrese de que su hijo conoce sus normas y las consecuencias de romperlas. Y lo que es más importante, asegúrese de que saben que usted realmente impondrá esas consecuencias si se rompen las normas. Los niños que no son supervisados regularmente por sus padres tienen cuatro veces más probabilidades de consumir alcohol y drogas.

Si su hijo está interesado en beber o consumir drogas, pregúntele "¿Por qué?".

... y pregúnteles qué podría ocurrir si lo hacen. Esto hace que su hijo piense en su futuro y en algunas de las posibles consecuencias negativas de beber o consumir drogas. Por ejemplo, podrían llegar tarde a los entrenamientos, hacer alguna tontería delante de sus amigos o perderse el desarrollo de las habilidades necesarias en entornos sociales. Si sospecha que su hijo ha estado bebiendo, comparta sus preocupaciones sin sonar acusador. Por ejemplo: "Me he dado cuenta de que tus notas están bajando y de que te juntas con gente nueva". Céntrese en el comportamiento preocupante y en por qué le preocupa.

Enseñe a su hijo a decir "no".

Los niños que no saben qué decir cuando alguien les ofrece tabaco u otras drogas son más propensos a ceder a la presión de sus compañeros. Ayúdeles a estar preparados representando diferentes escenarios con los que podrían encontrarse. Hágales saber que siempre pueden utilizarle a usted como excusa. Por ejemplo: "No, mis padres me apuntaron al programa de control de drogas del colegio".

Ofrezca empatía, compasión y apoyo.

Hágale saber a su hijo que usted lo entiende: crecer puede ser duro. Reconozca que todo el mundo lucha a veces, pero que el alcohol y las drogas no son una forma útil ni sana de afrontar los problemas. Haga saber a su hijo que puede acudir a usted en busca de apoyo y orientación. Modele formas sanas de afrontar el estrés como hacer ejercicio, comer bien y dormir lo suficiente.

Facilíteles los hechos.

No deje en manos de la escuela la educación de su hijo sobre el consumo de sustancias. Aprenda usted mismo los hechos para poder compartirlos con su hijo. Hágales saber lo importante que es proteger su cerebro durante estos años de crecimiento y desarrollo. Ayude a su hijo a comprender el impacto negativo del consumo de drogas en su mente y su cuerpo, por no hablar de sus opciones universitarias y profesionales. Hábleles de la naturaleza impredecible de la dependencia y de cómo varía de una persona a otra. Y ofrézcales enfoques más positivos para reducir el estrés y la ansiedad.

Practicar estas conversaciones en la vida real

Nuestra serie de vídeos, "Inicie la conversación", muestra cómo los padres, cuidadores y mentores del condado de Riverside pueden hablar de temas delicados como el consumo de sustancias con los jóvenes de sus vidas. Las historias reales que se comparten en cada vídeo ofrecen ejemplos realistas de cómo iniciar estas importantes conversaciones, fomentar la comprensión y acceder a importantes recursos.